Caminé rápido a lo largo de un paseo, en medio de una silenciosa ciudad, bañada de un tono oscuro de medianoche. Delante paseaba ella, con un vestido corto de color negro, el cual permitía ver la parte superior de su espalda.
La luz de la luna brillaba sobre nosotros y bañaba su silueta. Estábamos a ocho grados y ella había salido sin ropa de abrigo. Quería alcanzarla y ofrecerle mi chaqueta pero me quedé un rato tras ella, pues observarla caminar era precioso e hipnótico.
– ¿Qué haces en la calle con este frío? – Pregunté finalmente.
Ella se giró, contestó que había salido a pasear, y retomó su camino.
– ¿Sales a pasear en plena fiesta de año nuevo?
– ¿Por qué no? El cielo está despejado, apenas hay luz aquí y se ven un montón de estrellas.- Responde sin detenerse.- Además el aire es fresco y el ruido es infinitamente menor que el que hay dentro de ese local.
– Toma mi chaqueta al menos. – Me apresuré hacia ella.
Se paró en frente de mí y permitió que la colocase sobre sus hombros.
– ¿Volverás dentro?- Preguntó.
– No.
– Entonces te helarás tú.
– No.- Sonreí.
Ella me observó extrañada y fascinada. Me sonrió y continuó caminando.
¿Por qué seguía yo tras sus pasos? Porque esa chica me fascinaba. Era dulce y maravillosa, como un granizado de fresa en una tarde de agosto.
Su sencillez y naturalidad hablaban por sí mismas y a mí me dejaban mudo.
¿Por qué no iba a caminar tras ella? Era imposible dejarla escapar en un momento como aquel, ambos solos bajo miles de estrellas un uno de enero.
Mi bolsillo vibró y cogí el móvil, tenía una llamada perdida de un amigo. Poco después la pantalla se iluminó y recibí un mensaje; “¿Dónde estás?”
Escribí torpemente siguiendo los rápidos pasos de aquella mujer, procurando que no me sacara mucha ventaja.
Una vez envié el mensaje abrí accidentalmente mi reproductor y observé el título de la última canción reproducida… fruncí el ceño y después sonreí.
– Espera.- La llamé.
Ella se dio la vuelta.
– ¿Quieres bailar?
– ¿Perdona? – Preguntó sonriendo.
Me acerqué sin decir nada y en el momento en que estuvimos a pocos centímetros el uno del otro, presioné el play del reproductor.
Las notas de un piano empezaron a sonar.
– Yo no sé…
– ¿Bailar? – Interrumpí. – Yo tampoco, pero qué importa.- Miré al rededor.- Nadie va a valorarnos.
Sonreímos.
Guardé el móvil en el bolsillo, sostuve su mano izquierda con mi derecha y apoyé mi mano izquierda en su cintura.
“City of Stars, are you shinning just for me?”
Sin dejar de observar sus preciosos ojos, moví mis pies a un lado y a otro.
“City of Stars, there’s so much that I can´t see”
Ella me observaba también, aunque había momentos en los que esquivaba mi mirada y sonreía con timidez.
“Who knows? I felt it from the first embrace I shared with you”
Solté su cintura y la alejé un poco de mí.
“That now our dreams, they’ve finally come true”
Dio una vuelta sobre si misma bajo mi brazo derecho, de nuevo volví a apoyar mi mano sobre su cintura y ella apoyó la suya sobre mi hombro.
“City of stars, just one thing everybody wants”
– ¿Qué tal? ¿Se nos da tan mal?
– No.- Contestó con una sonrisa.
“There in the bars, and through the smokescreen of the crowded restaurants”
Alzó la mirada al cielo y lo contempló, después sus ojos volvieron a encontrarse con los míos.
“It’s love. Yes, all we’re looking for is love from someone else”
Se acercó a mí y apoyó su cabeza sobre mi hombro durante unos segundos. Segundos en los que pude sentir a un ángel abrazándome.
“A rush .. A glance .. A touch .. A dance”
“City of Stars” aumentó el ritmo mientras bailábamos bajo aquel cielo, aquella luna y aquellas estrellas. Para mí el resto del mundo desapareció. Solo estábamos ella y yo, solo aquel momento, aquel baile, aquella mujer que estuvo en mis brazos durante el corto tiempo que duró la melodía…
“Think I want it to stay”
La canción volvió al ritmo del principio y nosotros nos detuvimos.
Me sonrió y lo mismo hice yo.
“City of Stars, are you shinning just for me?”
Entonces la bese, la besé a una estrofa del final. La besé porque lo sentí de aquella manera, porque ella me regaló un instante de romanticismo que nunca podría olvidar. La besé porque me gustaba, porque estábamos exageradamente cerca y porque deseaba hacerlo.
“City of Stars, Your never shine so brightly”
Sus helados labios acariciaron los míos, y bajo aquellas estrellas en completo silencio nos sorprendimos el uno al otro regalándonos un momento, un baile, un roce y un beso.
❧ Para Fer. Porque es esa persona que, a pesar de los nervios y la vergüenza, bailaría siempre bajo las estrellas junto a mí.
…
Inspirada gracias a la melodía: City Of Stars
❦❦
Tomas Falsas



Bailar bajo las estrellas con alguien que nos atrae para recibir al Año Nuevo, tiene que ser inolvidable… debería probarlo el próximo año.
Un abrazo.
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La verdad es que es muy bonito y romántico (a pesar del frío de diciembre) 😘
Un abrazo Estrella
Gracias por tus palabras 😀
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MUY BONITO, VERÓNICA. Y LAS FOTOS SON MUY PROFESIONALES 🙂
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Muchas gracias Pamela. Me alegro mucho, mucho de que te guste 🙂
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