El primer fin de semana de septiembre, Eva y yo nos quedamos solos en la casa. Se sentó junto a mí en el sofá y abrió una botella de tequila mientras yo me preguntaba cuáles eran sus intenciones.
– ¿Jugamos?
– Disculpa.- Contesté incrédulo.
– Tenemos un dado.- Me lo mostró.- Dependiendo del número que salga hay que hacer algo diferente, por ejemplo; si sale uno bebes tu siempre, si sale dos bebo yo…
Hacer algo con ella me pareció mejor que cualquier plan que pudiera ocurrírseme, por lo que asentí y bebimos tequila con limón y sal, tal y como nos lo iba marcando el dado.
Por supuesto me solté más de lo normal, aunque no estuviera del todo borracho, y ella estaba igual, por lo que siento que lo que nos sucedió fue algo que ambos queríamos…
– Vale pregunta.- Empezó ella cuando salió el número cinco.- La verdad y toda la verdad.- Continuó diciendo entre risas mientras buscaba algún tipo de pregunta, quizás personal, en el móvil.- ¿Qué harías hoy si supieras que no puede salir mal?
“¿Qué clase de pregunta era esa?” Me sorprendí y pensé durante unos segundos que decir. Si yo supiera que algo no puede salir mal quizás jugaría a la lotería…
Volví a la realidad y me encontré observándola, y debía llevar así un buen rato. Entonces lo vi claro, quizás le diría que la quería, quizás le pediría una cita, quizás intentaría robarle un beso…
– Te besaría.- Escupí aquellas dos palabras como si fueran algo inevitable que, fuera lo que fuera que yo quisiera decir, seguiría siendo “te besaría”.
Ella se quedó alucinada, y en parte me pareció normal. El ambiente se volvió bastante frío durante unos segundos y me eché a reír.
– Pero no me mires así.- Añadí intentando salir del paso.
– Perdona.- Contestó recomponiéndose.- Es que me ha pillado por sorpresa.
Ya estaba, mi oportunidad y mi rechazo, como era evidente. Bajé la cabeza pero volví a mirarla de nuevo, tenía la oportunidad de estar con ella en aquel ambiente privado y con otro tipo de confianza. No quería dejar escapar ni un solo segundo que pudiera verla.
– Y que dices, ¿querrías que las cosas no salieran mal? – Cuando asimilé la pregunta que le había formulado quise levantarme e irme.
Sin embargo ella no me miró de forma extraña y tampoco tardó en contestar.
– Me encantaría que no salieran mal.- Contestó nerviosa.
Y una vez escuché aquello, mi corazón se aceleró y los nervios también me invadieron.
Le acaricié la mejilla y me acerqué a ella. Mis labios tocaron los suyos al fin, y durante unos segundos sentí su suavidad.
Concluí mi pequeño beso sin separarme a penas de ella y nos miramos en silencio. Después fue ella quien me besó y entonces realmente sentí que aquello era cosa de ambos.
La rodeé entre mis brazos y nos besamos durante un tiempo en el que mi cuerpo reaccionaba al suyo y mi corazón a punto estuvo de estallar debido a los acelerados latidos.
Ojala pudiera haber durado más, antes de que lo asimilara ya había concluido y nos observábamos sin decir nada.
El sonido de la puerta hizo que reaccionáramos. Eva se sentó algo más lejos de mí y yo cogí un cojín y lo sostuve sobre mis piernas.
Fran apareció por el salón y nos observó.
– ¿Qué hacéis? – Inquirió observando el tequila.
– Estábamos brindando.- Contestó Eva con una risa, levantándose para recoger la botella y los vasos.
– ¿Con una botella de tequila?
– No había champán.- Añadí yo arrepintiéndome cuando recibí la mirada de Fran.
Salieron juntos del salón segundos después. Yo me apoyé contra el respaldo del sofá y suspiré observando a la nada.
…
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Fuente Imágenes: Tumblr
Inspirada gracias a la melodía: Ariana Grande – Bad Decisions
Ganas de girar la cinta y escuchar la cara B 😉
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Que alegría saber eso Ana, ¡Mil Gracias!
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Bueno
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¡Muchas gracias!
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Un placer
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