Pensé en ti un martes cuando paseaba entre los árboles, bajo el brillo del sol y la suave brisa.
Me gustaría saber si pudiste observarme en aquel momento de felicidad y paz, caminando a mi aire entre la naturaleza y sintiendo el cálido abrazo de la mañana.
Te eché de menos -como de costumbre-. Sin embargo ese día sentí que estabas ahí cuidándome y regalándome ese instante.
Aunque no te podía ver, confío en que no estuve sola y miré al cielo soñando que estabas ahí arriba y que extendías tu brazo para acariciar la cara de tu pequeña cuando la brisa me rozó el rostro.
Y así caminé un largo rato bajo aquellas copas de verde y el bonito sonido de mis pisadas sobre la tierra.
MUY BELLO!!!
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Muchas Gracias Pamela 😘😘
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